martes, 27 de abril de 2010

La silla de ruedas de un familiar

Al igual que antes de ayer, hoy también voy a dar las gracias, pero esta vez por una silla de ruedas.
Hay que ver como somos, y creo que nos pasa a todos, ya que sólo apreciamos algo cuando lo añoramos (en mi caso es andar). Con dificultad aprecias algo que ya tienes, porque tendemos a pensar que debe ser así, que es tuyo y no puede faltar, por eso no sabemos apreciarlo.
Las muletas de mi amigo me vienen muy bien para salir, pero para estar en casa, es mucho más cómodo usar la silla de ruedas que las muletas. Y reconozco que si no tuviera estas ayudas mí día a día sería mucho más complicado.
Mi familiar tuvo un accidente justo el día de mi cumpleaños, y poco a poco y sin pausa ha ido mejorando. Por fin su situación mejoró tanto que dejó de necesitar la silla de ruedas, y a mi me vino muy bien tenerla por un accesorio que tiene para mantener la pierna en alto.

Así que muchas gracias y un besazo tito.

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