miércoles, 26 de octubre de 2011

El primer susto

Vaya susto el de ayer, después de estar mi señora un par de días con mucho flujo y muy líquido, llama a la consulta del ginecólogo y le dicen que tiene pinta de que la bolsa pueda estar rasgada, y que lo mejor es ir a urgencias.
Antes de salir, me planteo coger todas las cosas para el bebé, y entonces me doy cuenta... ¿dónde están?
Pues bien que empiezo... le pregunto a mi señora y empieza a decirme que si allá esta una parte, en otro sitio otra parte, que si lo suyo está por ese otro lado, que aquí tiene un pijama pendiente de planchar, que... Ojú, que agobio. Terminó las indicaciones, y creo que me quedé con las tres o cuatro primeras cosas.
Nos montamos en el coche camino al hospital. Por el camino, no hacía más que pensar, y si el bebé viene ya, y si la próxima vez que volvamos, somos uno más. El agobio, no, no mejoraba.
Una vez allí, y mientras esperábamos a que la llamaran, me da por pensar, que tenía las vacaciones más o menos planteadas para dentro de un mes, pero que si nacía ahora, habría que replantearlo todo, me hacía ilusión pasar las fiestas de Navidad y Fin de Año en casa con mi recién incrementada familia, pero si tenía que adelantar las vacaciones, no iba a ser posible. Maldito agobio, estaba claro que lo que estaba haciendo es empeorando por momentos.
Y por fin nos llaman. Una ginecóloga, después de una breves preguntas, le dice a mi mujer que pase al reservado, que le va a mirar... paso con ella, y empieza a hacer un par de pruebas, hasta que se pone con el ecógrafo, y empieza a mirar, pausadamente, muy pausadamente, parándose mucho, algunas paradas de 15 o 20 segundos, y sin decir absolutamente nada... Con mi agobio estuve a punto de darle una colleja por asegurarme que no se estaba quedando dormida. Definitivamente había pasado a ser un puro manojo de nervios.
Y entonces, la ginecóloga, apaga el ecógrafo y dice: "todo está bien, no hay ningún problema."
En ese momento, creo que perdí la mitad de mi peso, y sabía que había sido el primero de una ¿larga? lista de sustos, y pensé que si no me recuperaba pronto, con el siguiente susto me quedaba en los huesos.
Así que nos volvimos al coche, dirección a casita. Y ahora que ya estamos aquí, y estoy escribiendo esto mientras mi señora se está duchando, he vuelto a pensar ¿dónde están las cosas del bebé?... Con dificultad recuerdo una... pero, bueno, no pasa nada, aún tengo un mes para descubrirlo y ganar algo de peso.

1 comentario:

  1. Me ha encantado. Es muy gracioso. Cuántos sustos más dará la peque?

    ResponderEliminar